Fotografía: Varias de São Pedro da Afurada © JSC

Al lado de Gaia, donde el Duero se entrega al Atlántico, se asoma São Pedro da Afurada, o simplemente Afurada, como lo llaman con cariño sus gentes. Este lugar, impregnado del auténtico espíritu de un pueblo pesquero, guarda en su patrono la esencia de sus tradiciones marineras más queridas. Al pasear por sus calles adoquinadas, donde las fachadas de azulejo susurran historias de antaño, uno se encuentra con la vida que brota en cada esquina. Las mesas y sillas se despliegan al aire libre, como un cálido abrazo que invita al forastero a compartir risas y el sabor a peixe recién pescado. En este rincón detenido en el tiempo, las lavadeiras se afanan en su labor, sumergiendo la ropa en grandes tanques, antes de tenderla a secar en las varías, esas sencillas estructuras de cuerdas y varas de madera, ancladas a bases de piedra.